Además de las flores para ramos (o para otros menesteres), mi madre decidió emplearlas como bonitos broches que alegraran hasta el más triste de los abrigos. Las formas, colores y diseños son fruto de su propia creatividad (y tampoco vamos a desvelar sus secretos) Esta es una pequeñísima muestra (quedan muchos por venir) de su arte con la aguja, el hilo y los botones:
BROCHES!
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